sábado, 10 de noviembre de 2012

Quién eres, que haces, cuáles son tus planes? - Parte 2 (o mejor parte)

Dos años y algo han transcurrido de aquel post: Quién eres, que haces, cuáles son tus planes? que resumiendo decía:"soy Karen, tengo...tantos años, tengo 40 libras de más, no hago ejercicio...no tengo trabajo, adapté mi vida a otro ser humano... Me dejo arrastrar por sentimientos insanos... Me fui dejando desbaratar poco a poco hasta verme convertida en un rompecabezas... Soy esto: una mujer a medias... ", todo cambió un Domingo 11 de Julio del 2010, cuando llegué más allá del fondo, esa mañana no sólo me llené de Ira y rompí cosas, sino que fue el momento que me quebré, aquella noche caí al suelo de rodillas, y lloré por tantas horas que perdí la noción del tiempo, lloré como no lo había hecho nunca, con el dolor más grande, y entonces allí, aquella madrugada tomé una decisión: o moría o vivía, decidí vivir, sí, aquel día todo comenzó a cambiar paso a paso, empecé por buscar trabajo, decidí no volver más a mirar hacia atrás y no regresar a Sajoma más a suplicar amor, le pedí el divorcio, pero el que aquel día decidiera vivir no significó que no volví a llorar, sí, lloré cuando tuve que dejar a mis hijos una y otra vez porque para mí no fue fácil, me fui tan solo con una cama, una maleta de ropa, una licuadora, un DVD, un gabetero, 3 mesitas de madera, un televisor, un proyector, unas cuantas perchas, unos libros y una lámpara que llevé en mis manos; lloré cuando vi como se remataron las cosas que un día fueron mi hogar, camas, sala, comedor, electrodomésticos, etc... Doloroso ver aquel juego de muebles que pagamos por 3 años de casi 40 mil, se dio por 9 mil, y con decir que el juego de habitación queen de caoba completo se vendió por el costo del divorcio, 10 mil, o aquellos cuadros que valían mas de manera sentimental, los vi negociarse por tan solo 500 pesos, y así se fue rematando cada cosa.

Si! otra vez lloré esa noche, pero cada vez que recibía una herida así, era en un proceso doloroso de sanación, porque eso dio paso a quien soy hoy, hoy soy una mujer con otra visión de vida, hoy orgullosamente puedo decir que tengo 33 años, que tengo un trabajo que amo, regresé a mi ciudad, donde tengo familia y amigos, soy una mujer totalmente independiente, no dependo de otro ser humano para vivir, más que de mí misma, tengo mis gustos aun extraños sin importar a quien le agrada como comer huevos revuelto con mermelada de fresa, o escuchar a Pimpinela o Nicho Hinojosa, peso 47 libras menos, al mirarme al espejo veo una mujer a la que amo, aquel rompecabezas aun no ha terminado de armarse, no porque mis piezas del pasado no las encontré, sino porque esta vez aspiro a ser mas grande, a no conformarme con lo bueno si puedo tener lo mejor, y para ello necesito muchas piezas más, ya no soy una eposa deseperá, ya no necesito titulo ni llamarme la Señora de fulano, simplemente soy yo, una mujer maravillosa.

Hoy puedo decir que el divorcio, su abandono fue lo MEJOR que me pudo pasar, y quizás entendiendo hoy lo que comprendo, es que no lo juzgo como en un principio cuando pensé que me abandonó en mi peor momento, porque ese último mes que vivimos juntos estaba al borde del abismo, pasaba horas en una cama deprimida, como si esperara el momento de partir, como si la vida se me iba sin poder retenerla, había perdido el amor por mí misma, sumida en sentimientos inútiles como la tristeza, la soledad, la inconformidad, la angustia, el vacío, la frustración, el hastió, la desesperación, revolcándome día a día en el fango de la depresión, la ansiedad y el miedo, había perdido el brillo de ser mujer y no sé como en esos años me permití destruirme de tal manera, me vi esperando por años recibir de mi pareja lo que fui incapaz de darme, mientras más amor anhelaba de él, menos amor había en mi, esperando siempre que otros me dieran... por eso hoy agradezco ese empujón que en su momento lo vi como lo mas ruin, estaba mal, y sentí que termino de hundirme, pero no fue así, o quizás sí, quizás me hundió y me ahogó entre lágrimas y desesperación, quizás por ello ese día murió esa mujer vacía, sin deseos de luchar, para dar paso a la vida.

Hoy no me importa lo que opinen los demás, soy yo, si mis decisiones son correctas o erradas el tiempo me lo dirá, hoy sé que puedo luchar por esos hermosos hijos que siempre merecieron una madre sonriente, alegre, luchadora, hoy con mi ejemplo puedo dar más a mis hijos que en esos momentos, por eso hoy entiendo que debí pasar por todo ello, para conocerme a mí, y estar consciente de quién soy, qué hago, y qué quiero de la vida....


 

 

 

 



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